viernes, 8 de marzo de 2024

El consumismo es feminista



Hoy se celebra el Día Internacional de la Mujer. Hoy vamos a ver como ciertas personas, igual que cuando llegan los orgullos u otras fiestas reivindicativas, seguirán entonando la frase de "todo es un cuento del feminismo",  "esto no me representa", "no soy anti feminista, tengo amigas" ... 

No es mi intención seguir defendiendo la necesidad de este día. Pero este post tiene mucho de feminismo, de mujer. Quiero reflexionar sobre una idea que me viene rondando la cabeza desde hace un tiempo. Y es el siguiente: el consumismo está creado por y para la mujer. 

Quien me conoce, sabe que llevo un tiempo trabajando en un centro comercial. Sí, una tienda con esos horarios inhumanos que impone el dueño, y más en Madrid donde todo vale, y si se quiere reducir jornadas, o se plantea la idea de cerrar domingos y festivos se forma la de Dios es Cristo. Un saludo para los que se llevaron las manos a la cabeza con la idea de regularizar las jornadas de la hostelería. ¿Quién les va a llevar el kebab a casa a las tantas de la madrugada?

No se si te has fijado que el mayor porcentaje de productos que se venden en las tiendas son para mujeres: las boutiques de ropa tienen más superficie femenina que masculina, la cosmética es femenina por excelencia, el público objetivo de las joyerías son las mujeres, los quioscos tiene más revistas life style para mujeres y así un largo etc. 

El mensaje que nos manda es: si eres mujer, debes consumir, debes gastar dinero. Aunque sea en cosas que no se necesiten. Pero así vas a estar a la última, vas a tener cierto caché social, vas a ser alguien.

¿Lo habías pensado alguna vez? Y de esto tenemos la culpa todos. El sistema capitalista cada vez llevado más al extremo, que te dicta que debes trabajar en algo que pocas veces llena para ganar un sueldo ridículo  y gastar en cosas que ni necesitas ni te van a dar esa felicidad que prometen. La sociedad (hombres y mujeres por igual) que han seguido el juego y llenan los centros comerciales y las zonas de tiendas cada fin de semana. Prefieren pasear con sus hijos en una zona cubierta antes que en un parque o dando un paseo tranquilamente. 

Ser mujer debe ser agotador. Tener que ir siempre bien vestida, de temporada y de marca, perfectamente maquillada y oliendo a perfume caro, demostrar todavía más que eres válida en tu trabajo, en tu vida. No envidio esto nada. 

Yo empatizo mucho con las mujeres y su lucha diaria. Bien porque pertenezco al colectivo LGTBIQ+ que solemos ser aliados, bien porque trabajo en un sector femenino, donde a los chicos se nos ve no del todo bien. 

Mi consejo, en especial a las mujeres pero también es extensible a todo el mundo, es el siguiente: sé tú mism@ sin importar qué dirán o qué pensarán y actúa porque te nazca ser así, no porque socialmente esté bien visto. 

jueves, 1 de febrero de 2024

Benidorm Fest y Eurovisión. ¿El festival que yo quiero?

Mientras escribo estas líneas aún no se sabe cuál es la canción que va a representar a España en Eurovisión, el festival más famoso de Europa en cuanto a música. Pero si que sabemos ya las propuestas de los artistas y los elegidos para pasar a la final de mañana. Y tengo argumentos de sobra para afirmar que Benidorm Fest lleva solo tres ediciones y ya empieza a hacer aguas por todos lados



Para empezar el horario de emisión. En España tenemos un problema con ello. En la mayoría de hogares españoles, las alarmas de los despertadores suenan entre las seis y las siete de la mañana. Pues la cabeza (o cabezas) pensante de este canal decide poner a las 22.50 horas un evento en su prime time. Un programa que además tiene descansos por publicidad y que, entre actuaciones de personas invitadas, paripé para que la gente se gaste el dinero (ahora hablaré sobre ello), etc, nos vamos a la una de la madrugada. Aún así han tenido buenos datos de audiencia -cerca de los tres millones de espectadores por gala- para las horas que son.

Por otro lado, el sonido. No hay gala en directo que RTVE no cuente con problemas de este tipo. Así pasa que el espectador en su casa escucha más el ruido de los ventiladores o del fuego que a los artistas cantar. Y esto ya debe ser una seña de identidad de esta cadena porque todos los años pasa lo mismo. ¿Será que tiran de becarios o de gente poco profesional para estos temas técnicos?

Si a estos fallos de sonido le sumas a unos presentadores como los de esta edición, tenemos el pack completo. No soy fan de Ruth Lorenzo, tampoco hater, pero lo suyo no es presentar. Y es la que más salero tenía de los tres. Porque no se a qué aspiran los guionistas pero esos chistes sin gracia eurovisivos y ese guión que pretende ser una gala de Eurovisión da como resultado una gala casposa de Nochebuena. Porque los presentadores han intentado ser graciosos, hacer la actuación del siglo, pero leían hasta las comas del guión. En el jurado pasaba lo mismo. Los momentos en los que Beatriz Luengo, por ejemplo, daba a conocer los votos del jurado, con esas pausas para crear una tensión... innecesario todo. Si soy justo, la segunda semifinal fue mejor. Quiero pensar que los nervios de lo desconocido, de lo nuevo les pasó una mala jugada.

En cuanto al sistema de votos, la organización debe actualizarse. Y es tan fácil como ver a la competencia, que ahora mismo es OT. No cuesta nada crear una app o simplemente un espacio en su web, que permita el voto de forma gratuita, sin tener que gastarse 2 euros en una llamada o SMS. Debe ser que con ese dinero pagarán a un técnico de sonido competente. Porque cuando se implanta este sistema de pago, los resultados no son lo que los espectadores queremos. ¿Cuánto de vosotros habéis votado? Lo hacen familiares cercanos y clubes de fans. Luego nos sorprende que cierto grupo sea el más votado.

No todo va a ser malo. Menos mal. El escenario, el plató así como las gráficas son señas de identidad. Y cuando se quiere, se puede. Entonces... ¿por qué se permiten todos estos elementos que destaco? Tengo la sensación de que se quiere hacer algo grande, consolidar la marca pero a la hora de la verdad se estropea con estos detalles. Es, hablando en plata, como follar pero cuando va a llegar el orgasmo parar de golpe.  Muchas propuestas quedan deslucidas. Y esto perjudica a los artistas. 

Creo que es momento, pasada la fiebre del festival, de que el equipo correspondiente se siente sobre la mesa y se planteen estas observaciones, que por lo que leo en RRSS es unánime. Porque lo único que han demostrado con cada edición es que RTVE no quiere ganar el festival, que solo es un bien quedado, haciendo estas galas para tener a su público contento y poco más. ¿os imagináis organizando un evento de este calibre con todos los fallos técnicos?. La organización a día de hoy no está preparada.

Debo reconocer que cada año que pasa soy menos eurovisivo. Me da pereza. Todo son desilusiones, hostias en los resultados. Y política, por supuesto. ¿Alguien en la sala duda que este año Israel, si no gana va a quedar en muy buena posición? Pues eso. 

Lo comentaba con un amigo y cada año lo tengo más claro. España así no. Es mejor estar unos años sin representación, como hizo Italia, regenerarnos y volver con más fuerza y mejor. Porque talento sobra en este país. 


domingo, 28 de enero de 2024

Regreso, que no es poco y hablo de Fitur, esa feria de turismo

Pues así es, querido lector o lectora. He vuelto por estos lugares que estaban algo abandonados en los últimos años. Escribir un nuevo libro, el trabajo, la vida, es lo que tiene. Te mantiene ocupado. Pero siempre es buen momento para desempolvar el blog, recordar viejos tiempos y actualizar un poco. 

En verdad, nunca he dicho adiós a este espacio. Quien me siga desde hace tiempo, recordará que este blog se trasladó a un medio digital en forma de columna y que tuvo cierto reconocimiento. Pero como sucede en el mundo periodístico, los pequeños medios no pueden competir con los buques insignias del periodismo ni con grandes grupos editoriales y en poco tiempo cerró sus puertas y decidí aparcar por un momento el proyecto. Es por ello, que vuelvo a jugar en casa. 

Y para inaugurar el nuevo espacio -mismo nombre de siempre pero un aspecto mucho más moderno y actual- quiero hablar de la que es -o mejor dicho, era- el primer evento al que asistía del año. Hablo de Fitur -Feria Internacional de Turismo- y lo hago desde un punto de vista de un profesional -sí, aunque ahora no me gane la vida de ello soy "turistólogo"- y desde el recuerdo.



Desde que por el año 2013 me registré como profesional en su plataforma, recibía de forma puntual por el mes de noviembre la invitación que me abría las puertas a los pabellones que me permitían viajar por todo el mundo y me recordaban la cara amable de trabajar en un sector agotador, a veces explotador. Pero esto último mejor para otra entrada del blog, que si no me extiendo y no es mi intención. 

Recuerdo empezar a visitar esta feria -siempre en las jornadas para profesionales- con los que eran mis compañeros de estudio. Luego pasé a ir solo, algunos años acompañados de colegas que querían ver lo que le ofrecía este evento. 

Mi última visita -y visto lo visto será así en muchos años- fue el fatídico año 2020. Desde entonces no he vuelto a pisar la feria. ¿La razón?, el negocio descarado en el que se ha convertido, la poca posibilidad de recoger información más allá del folleto de turno, las aglomeraciones y algo tan español... la avaricia de los visitantes. Me explico:

-Negocio porque desde el año de la pandemia ya no existe la posibilidad que se nos brindaba a los profesionales de visitar la feria de forma gratuita. Ahora hay que pagar 21 euros -más si quieres el pack completo- o 12 euros si vas en jornadas no profesionales. Estos precios siempre con descuento de compra anticipada por web. Un robo. Porque si vas a trabajar, a hacer negocios, contactos, puede rentar, pero los que íbamos para dejar CVs, a ver el ambiente, a pasar un rato agradable... 

-Poca posibilidad de recoger información porque, al menos en el último año que fui y según veo por redes, los stands de los países se han convertido en publicidad. Mucho colorido, mucho ruido, sumado a una decoración llena de tópicos, luces y neones.

-Aglomeraciones, sobre todo los dos días abierto al público y avaricia porque año tras año, edición tras edición, aparecen vídeos donde la gente se mata por coger un paraguas, un merchandising o cualquier chorrada que no valen para nada, que cuando llegan a casa, cargados de lo que creen les va a servir, va directo a la basura.Y si cojo tres o un puñado mejor. Luego voy a Colombia a por café o a Asturias a que me den sidra. Pues eso, el español en su estado más puro. Y si no me creéis, buscad en Youtube.

Y todo esto me da rabia. Rabia y tristeza, porque muchos vemos como las cosas cambian y para mal. No digo que no haya conferencias o eventos interesantes. Tampoco que haya un gran equipo de trabajo detrás, pero cuando el señor capitalismo entra en juego, no puede acabar bien. 

También dudo que este tipo de eventos deje tantas ganancias como ciertos medios de comunicación quieren hacernos ver. Claro que viene gente de fuera, pero no todos se alojan en hoteles de lujo, ni gastan porradas de euros en la ciudad. Solo hay que ver la disponibilidad de alojamientos para esas fechas. El que va a negociar, a ampliar sus redes de contactos, no necesita de una feria. En un mundo donde las tecnologías nos unen. Donde tenemos en los bolsillos unos móviles que nos mantienen conectados las 24 horas del día. Fitur es importante, pero no imprescindible. 

Desde aquí no quiero decir que este evento tiene que cerrar, ni mucho menos. Es una crítica a quienes hayan tomado estas decisiones. Que son pequeñas, pasan inadvertidas pero que marginan. Yo quiero otras ediciones donde a los que figuramos como profesionales, se nos deje entrar sin previo abono de entrada. Quiero una edición abierta a los que somos profesionales, ejerzamos o no. Quiero que no haya tanto teatro en los pabellones ni tanto show que aporta poco más que ruido para llamar la atención de los medios o de los visitantes. Quiero que se vuelva a retransmitir las conferencias, las mesas redondas, charlas... en sus canales. Quiero volver a casa después de hacer una visita, de dedicar mi tiempo libre habiendo sido provechosa. No cargado de bolsas llenas de basura, ni viendo los mismos folletos que todos los años. Quiero que Fitur vuelva a ser lo que era. Aquel gran evento al que asistir a primeros de año y no una noticia sin más en la televisión.