jueves, 26 de agosto de 2021

TODA UNA VIDA PARA RECORDAR



Esta mañana observaba desde mi balcón cómo unos operarios arrancaban una palmera del colegio que tengo enfrente. La planta fue una víctima más de Filomena que ha ido aguantando hasta hoy. Y os preguntaréis, ¿y qué?

Esa palmera se encontraba en el colegio donde estudié preescolar, primaria y secundaria. Desde los dos años hasta casi la mayoría de edad. Toda una vida. Bajo esa palmera jugué con mis amigos de entonces, o esperaba a mis padres a la salida de clase. Incluso planeaba qué peli ver este finde con mi mejor amigo y dónde cenaríamos después del cine. Y esa palmera ya estaba allí antes siquiera de nacer. ¿Árbol centenario?, posiblemente.

Ha sido imposible no tener cierta añoranza de los años de mi infancia. De lo feliz que era, de las ganas de comerme el mundo que tenía y de las pocas preocupaciones que existían, más allá de hacer los deberes o estudiar para el examen.  Solo me quejaba porque me tocaba madrugar -que para mí era levantarse a las 8.30 horas- y tenía que vestir un uniforme cuyo pantalón picaba horrores -el tejido era de lana-. 

No había incertidumbre con el qué será de mi vida mañana. Sabía que después de primero, iba segundo y luego tercero. Que tenía asegurado el fin de semana libre y tres vacaciones al año: Navidad, Semana Santa y verano. Me entretenía con las asignaturas de letras y me aburría con las de ciencias. Así era mi vida. Al terminar mi jornada de estudiante, llegaba a casa y veía los dibujos animados -que por cierto, ahora no son igual de bonitos que antes. ¿Os acordáis de "La pajarería de Transilvania", "Esquimales en el Caribe", el Cyber Club o TPH Club?-

No quiero decir que toda vida pasada fue mejor que la actual. Al fin y al cabo ahora disfruto de cierta libertad que antes no tenía. Gano mi dinero, tengo mi trabajo, amigos, puedo salir de vacaciones por mi cuenta... pero el mundo ha cambiado. Ni siquiera reconozco al muchacho tímido y con acné que un día fui. 

Soy consciente que esos momentos ya son cosa del pasado y quedan en mi mente. Por no tener, no conservo ni las amistades de entonces. Apenas se de las vidas de Iván, Félix o Alejandro, mis mejores amigos de infancia. Es lo que tiene la vida, elegimos estudiar y coger caminos diferentes. Y poco a poco, nos va distanciando. Y, por supuesto, conocemos a personas nuevas, que nos aportan mucho. Después de todo el juego de la vida es ese, cerrar puertas y abrir otras. 

viernes, 13 de agosto de 2021

MI PRIMER ORGULLO


 

El año pasado decidí participar en el concurso de escritura que convocó el colectivo COGAM. Era una forma diferente de celebrar el Pride, que por motivos evidentes, se iba a realizar on line

Las bases legales se basaban en contar, en no más de doscientas palabras, cómo fue la primera vez que fui a estas fiestas. Como no tenía mejor cosa que hacer, decidí participar. El premio, era un vale de cincuenta euros a gastar en libros. Para mí, que soy un gran lector, es un gran premio.

Muchos meses después, recibí un mail que me indicaba que mi relato no había resultado ni ganador ni finalista, pero que sí se iba a publicar en un libro junto con los demás participantes. Un mensaje, que lejos de desanimarme, me ilusionó aún más, pues mis palabras iban a ser leídas por el público.

Hoy sigo esperando que me hagan llegar una copia y que me digan que ya está disponible para su lectura. Ya he perdido toda esperanza, es lógico, pues nunca me han dado una respuesta e intuyo que este proyecto ha quedado en nada. Es por eso, que he decidido hacerlo público aquí. Por tanto, querido lector o lectora, este es el relato con el que participé el año pasado:


"Subo poco a poco los últimos peldaños que me separan de la calle. Oigo voces, ritmos

de música y risas. Estoy nervioso. Mucho. No sé si porque me he atrevido a dar el paso

y venir a las fiestas del Orgullo por primera vez, o porque voy a conocer a una de mis

divas favoritas que esta noche actúa en Plaza España.

Me doy cuenta que quizás he llegado algo tarde. El lugar está abarrotado de gente.

Algunos beben, otros bailan en grupos. Puede que no haya sido buena idea venir solo.

Me cuesta mucho acercarme a las primeras filas. Pero lo consigo. El show comienza

minutos después. Kylie Minogue sube al escenario. Desconecto del mundo que me

rodea y me dejo llevar por la música y el color.

-¡Hola!- me saluda un chico situado a mi derecha al finalizar el concierto- ¿te apetece

beber algo?


Un apretón en mi mano me devuelve al presente. Ya hemos llegado. Nos incorporamos

y nos preparamos para salir al andén.

-¿En qué estabas pensando?

-En nuestro primer Pride. ¿Te acuerdas?

Asiente y sonríe. Este será nuestro décimo Orgullo como pareja. Ambos nos perdemos

entre el gentío, cogidos de la mano."


DE NUEVO...



¡Ya está!. ¡Lo he vuelto a hacer!. Hace algún tiempo que me rondaba por la cabeza retomar este espacio que creé allá por el 2013. Un blog donde me he abierto en canal, he criticado y he expresado mis ideas a pelo, sin filtro. Algunas alocadas, otras, no tanto. 

Soy consciente que en estos últimos años han cambiado mucho las cosas. Ya no está de moda escribir en espacios personales, que Blogger apenas se usa y que mucho menos tenemos tiempo para leer textos más extensos que un tuit. Pero he regresado a la carga. He vuelto a pasarme por este espacio, que desde hace tres años decidí abandonar, no por voluntad propia, más bien por obligaciones de la vida adulta. Miro los post de aquella época y me inunda una añoranza de aquel joven que un día fui. Un chico que estaba estudiando Turismo y que tenía ganas de comerse el mundo. No me lo comí, pero seguí -y sigo- luchando.

El año pasado, y gracias a la iniciativa del diario "Ya es noticia" colaboraba cada cierto tiempo con una columna que titulé igual que este blog, en su homenaje. Puede ser que lo recuerdes, o no. Pero como todo en la vida, los proyectos que no triunfan, tienen a desaparecer, a pesar de ponerle ganas e ilusión.

Apenas he tocado el diseño. Unos pequeños ajustes, cambios de cabecera y actualización de redes sociales. Ni siquiera he revisado las entradas anteriores. Seguramente encontréis faltas ortográficas, de sintaxis o incluso el tema esté desfasado. Pero quiero mantenerlo. Es la riqueza y el sello personal del blog.

Sin más... ¡nos leemos!