viernes, 15 de agosto de 2014

SOBRE LA BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD


No hace falta decir que el hombre, a lo largo de su vida y como principal objetivo en ella es ser feliz. Buscar y encontrar la felicidad. El carpe diem que ya nos decían los romanos. Vivir el momento.

Nosotros tendemos a poner metas en nuestra vida. De esta forma, ponemos objetivos, medimos fuerzas y sacrificios para conseguir dicho propósito. Pero no nos damos cuenta que una vez que conseguimos dicho fin, creamos otro. Sentimos esa sensación de haber conseguido algo por nosotros mismo, celebrándolo a veces y otras gozando de la recompensa, y a por otro objetivo.

No estoy diciendo que esto esté mal, todos los llegamos a hacer y de cierta forma es una manera de organizarnos. A lo que voy es que siempre ligamos este acto a la felicidad. Si no lo conseguimos no somos felices.

Un ejemplo, para que entiendas mejor por donde van los tiros, sería.

  •  Llevas cuatro años trabajando como comercial para una gran cadena de ocio. Estás trabajando duro y ahorrando para conseguir comprar un piso y ser independiente. Una vez que tienes todo el dinero para iniciar la compra, te mudas, pensando que al tener tu piso y dejar de vivir junto a tus padres serás feliz. Pero pasa el tiempo y te das cuenta que aunque ya estas emancipado, no eres feliz. Serías feliz si encontraras pareja.
  • Un día conoces a alguien que de la noche a la mañana se convierte en tu chico o chica. Segís adelante con la relación. Todo va muy bien. Pensabas que serías feliz teniendo pareja, pero una vez que la tienes, piensas que realmente lo serias si os casárais.
  • Al año, tu pareja te sorprende pidiéndote matrimonio. Tu aceptas porque así serías feliz. Pero una vez casado quieres tener hijos para ser realmente feliz.

Y así una y otra vez. 

Con todo esto quiero llegar a decir que no nos damos cuenta o no nos acordamos de vivir cada momento. Siendo felices con las cosas que tenemos ya, con los pequeños detalles que día a día nos da la vida. La vida es demasiado corta como para malgastarla. Cuando nos demos cuenta que realmente no hemos sido felices, ya será tarde. Y de lo que es seguro es que la vida no vuelve atrás para darnos nuevas oportunidades y enmendar nuestros errores. 


sábado, 2 de agosto de 2014

SOBRE EL DESNUDO HUMANO



Vivimos en una sociedad que continuamente se está contradiciendo. Un día dice negro y a la siguiente blanco. Está en continuo cambio, que a veces puede llegar a ser extremista y/o alarmante.

Un ejemplo es el tema del desnudo humano. Algo que es completamente natural (el hombre nace desnudo, la ropa es creada por nosotros, no por la naturaleza) es un tabú en pleno siglo XXI. 
Antes hay que aclarar algo: hay que diferenciar el desnudo natural, aquel que es simplemente el contacto de la piel con la naturaleza o exterior y el erótico/porno, en el que dos individuos entran en contacto para satisfacer unas necesidades. Sin que esto sea algo poco natural, ya que está intrínsecamente ligado al ser vivo, con la única diferencia que  el hombre tiene sentimientos y los animales no.

Centrándome en el primer caso, se hace complicado de entender que a lo largo de la historia, se ha censurado tanto las fotografías, cuadros o esculturas por aparecer en éstos genitales masculinos o femeninos. 
Aquí puede entrar en juego la moral, ética o cultura. Pero  siempre y cuando no se conciba el desnudo como algo sucio, porno (que tampoco es algo artificial, ya que el sexo es tan natural como respirar o comer).
La base de todo esto una vez más está en la educación que se da. Si desde pequeños nos han prohibido desnudarnos en público (en zonas habitadas para ello, claro está, respetando siempre) y nos han impedido explorarnos como humanos, de mayores veremos el desnudo como algo prohibido. Algo tabú.

Y la sociedad occidental aún tiene el velo de la censura. Desde la misma Biblia, ya leemos en el Génesis que Adán y Eva cubrían sus vergüenzas con hojas de las plantas. O nos hicieron creer que Jesús fue crucificado con un paño cubriendo sus "vergüenzas", cuando históricamente se crucificaba desnudo por eso de desprestigiar públicamente al otro.
La censura sigue en el arte. Esculturas que se han creado con paños de pureza, las famosas amputaciones de miembros masculinos en esculturas por parte de la Iglesia, pinturas donde se tapa (a veces más, otras menos) las partes pudientes... y así un largo etc. Y es curioso que en la sociedad no siempre fuera así, pues en civilizaciones como la griega, en competiciones tan famosas como son las Olimpiadas, los deportistas, hacían todo desnudo, y no se censuraba. O en poblados africanos, donde los individuos van desnudos, o tapando relativamente poco. Y no por ello es ofensivo.

Pero no hace falta irnos tan lejos en el tiempo. En plena era de la informática y del mundo digital, Facebook más de una vez ha sido noticia por censurar desnudos, lejos de ser ofensivos o hirientes. Otro ejemplo es Instagram, aunque esta red permite desnudos artísticos. 
Fuera del mundo digital, nos encontramos con exposiciones vetadas por mostrar figuras desnudas (el último ejemplo lo puedes ver aquí) o exposiciones que prohíben la entrada a menores porque muestran mujeres u hombres al natural, desnudos. 

Me parece muy respetable que quien quiera educar a sus hijos o piense que el desnudo está feo o el algo inmoral, poco ético o no es cultural no lo vea, ni practique el nudismo, pero que tampoco vete.