domingo, 31 de julio de 2016

SOBRE LOW COST, CONTRATOS BASURA Y MALA EDUCACIÓN



Ahora que no me ata ningún contrato laboral, en esta entrada quiero contar por una parte mi experiencia tras haber formado parte del equipo de Primark y por otro denunciar la situación laboral tan precaria que hay en nuestro país.

Quiero dejar patente mi experiencia -subjetiva- de lo que ha sido formar parte del equipo de esta tienda durante cinco meses y dos contratos. Espero que sirva de ayuda a aquellas personas que en breve entrarán a formar parte del staff o vana realizar una entrevista con ellos (yo soy el primero en buscar información sobre experiencias de otras personas, pues al fin y al cabo es lo más cercano a la realidad). Este es mi granito de arena, para que se preparen a lo que les espera.

Envié mi CV por diciembre, un poco antes de empezar la campaña navideña. No me llamaron hasta marzo, por lo que fue una verdadera sorpresa. Ya que solo estudiaba -a distancia- y no tenía otra cosa que hacer, acepté ir a la entrevista. Simplemente fue rellenar por parte del personal de RRHH una ficha, donde te hacían las típicas preguntas, que si no te lo has preparado antes puedes improvisar sobre la marcha. A mí ya me habían pedido que llevara el número de cuenta, la afiliación a la SS así como mi vida laboral, por lo que estaba más dentro que fuera. Y así fue.

A los pocos días de realizar un cursillo por Internet y de tener todos los papeles en regla, me incorporé a la tienda. Que es la que hay en la Gran Vía de Madrid.
Empecé con muchas ilusiones y ganas. Tuve buenos compañeros, buen ambiente de trabajo y el desempeño de las funciones no eran excesivamente complicadas. Una grata sorpresa comparado con otras experiencias laborales.

Firmé con ellos un primer contrato por un mes, que se renovó en un segundo por cuatro meses más. Podéis imaginar la alegría que da ver que te valoran, que les gusta tu forma de trabajar. Pero va pasando el tiempo, y te das cuenta de muchas cosas. No es oro todo lo que reluce.

Haces un trabajo titánico (hay muchísimo volumen de trabajo: cajas, mantener tu zona limpia y ordenada, atender al público, sacar más prendas de probador o montacargas...) que no se valora lo suficiente y mucho menos se recompensa en la nómina a final de mes. Para que os hagáis una idea, por 24h/semana se cobra unos 530€ si es que llegas a cobrar eso. Pues la forma de cobrar es toda una aventura: hay meses que solo llegas a cobrar 500€, otros 560€... y esto si no has tenido una baja (aunque sea justificada) o por la razón que sea no has podido ir un día (que te descuentan entre 60-100€). No se respeta el salario base.

Lo bueno de esta empresa, es que no existen comisiones (de ahí que haya un buen ambiente entre compañeros) pero si trabajas festivos, domingos o turnos más tarde de las 22.00 estás cobrando un plus. Ahí viene la trampa. Hay gente que no trabaja ni un domingo ni festivo y su jornada finaliza a las diez de la noche y su nómina es de 500€ y otros que trabajan domingos, festivos y finaliza a las 23.00 horas y tiene una nómina más abultada. ¿Es justo?

Por otro lado, muy pocas veces (en mi caso dos-tres veces) nos han felicitado por el trabajo que hacemos. Hay muy poca organización los días que se satura la tienda de clientes -que suelen ser todos los fines de semana- . Se trabaja a disgusto con tanta gente, no puedes cerrar bien la zona, y los responsables de planta a penas aparecen en toda la tarde por la zona. Yo estoy hablando del departamento de camisetas (que es prácticamente más de la mitad de la primera planta) que mínimo debería haber tres personas, y la realidad es que haya sólo una, si hay suerte y no te llaman a cajas. Por lo que muchos clientes se encuentran con dudas y no hay nadie para preguntar.
Y vale que es una empresa y su objetivo es ganar dinero, pero he llegado a oír felicitaciones a la planta por haber vendido tal cantidad, en vez de felicitar a la gente por el trabajo que han realizado para cumplir los objetivos.

Por otra parte, quiero hacer mención de la forma tan irrespetuosa en el comportamiento de la gente. Desordenan todo, se les cae ropa al suelo y no la cogen, dejan productos de otras zonas/plantas y no la devuelven, estás doblando camisetas y te descolocan todo, hacen preguntas absurdas, son demasiado mal educados... y mira que siempre se dice que las mujeres son "más limpias" y "más ordenadas" que los hombres. Mi experiencia dice lo contrario. Aunque generalizo y siempre se cae en errores.


En definitiva, este es un trabajo donde terminas muy quemado. Si tienes cargas familiares o de pagar un alquiler, vas a ir muy apurado a final de mes. No se te valora (aunque en un principio parezca lo contrario) y al final si ríes las gracias a los superiores posiblemente te renueven más allá de un segundo contrato (por lo tanto te hacen fijo) y si no te mienten a la cara con comentarios como "ahora mismo no necesitamos personal pero ya te llamaremos". Sí, te llamarán pasados seis meses para comenzar desde cero, como si fuera el primer contrato con ellos.

Se aprovechan mucho de las ayudas que reciben por contratar a gente nueva y bajar las tasas de paro juvenil. Salimos nosotros (yo entré con unas 20 personas y han renovado a dos) y entran más. Total, se buscan las ayudas.

Al fin y al cabo, la culpa la tiene quien la tiene. Si no se potenciara los contratos basura y se dieran muchas más ayudas a los contratos fijos otro gallo cantaría. Gracias a los ocho millones de personas que votaron a los culpables en las últimas elecciones.

Repito que esta es una visión muy subjetiva de todo lo que he visto y vivido. Puede que haya gente que se identifique con estas palabras y otros no. Aclaro que yo no quería renovación, pero aún así me he sentido que trabajaba en una empresa donde no se me quería y se me mentía a la cara con escusas tan baratas. 

jueves, 14 de julio de 2016

AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS 90

Cosas de casa, Las chicas de oro, Se ha escrito un crimen, El príncipe de Bel Air... seguro te suenan estos nombre e incluso has visto algún que otro episodio.

Estoy hablando de series de entre mesa, aquellas que algunas cadenas de televisión emitían todos los días en torno a las dos de la tarde mientras se comía. Aún hoy recuerdo salir a la una del colegio, comer viendo alguna de esta series y volver de tres a cinco a la rutina del estudiante.

Los que han nacido en los años dos mil, desgraciadamente no saben de qué hablo. No ya por no haber visto estas series (que muchas se han recuperado y se vuelven a emitir, o las tienes disponibles para ver en Internet), si no por lo bien que nos lo pasábamos, lo que nos entretenía y nuestra forma de diversión.

Son series cuyo principal objetivo era el de pasar un buen rato, reírnos con esas situaciones poco reales, y sobre todo aprender del mensaje moralizador que la mayoría tenían: exaltación de la amistad, familia, el quererse a uno mismo... que puede que a día de hoy suene conservador y desfasado, pero hablamos de los años 80-90.

Hoy veo series de dibujos (que no se si es por tener otra perspectiva) que destacan por ser deformes, amorfos y sin trama aparente. ¿Qué fue de espacios como TPH Club o Ciberespacio?

Si que es cierto que con los avances tecnológicos, ya no hay efectos especiales cutres, escenarios simples y grabaciones en baja-media calidad, elementos que destacan en series de esta época. Pero desde mi punto de vista, se ha perdido la esencia de estos años dorados. 
Tenemos series como Modern Family que ha sabido volver a esas situaciones graciosas, en episodios cortos, con finales independientes, que más o menos recuperan la esencia de la que hablo.

Es evidente, que la sociedad evoluciona y cambia, y quizás producir una comedia  de una familia afroamericana, ya no tiene tirón, por lo que mejor recuperar series pasadas. 

Y estamos los nostálgicos como yo que nunca nos cansaremos de ver series de la infancia, nos desesperaremos por apenas encontrar capítulos subidos a Internet  y recordaremos con una sonrisa esos años de felicidad e inocencia.