martes, 15 de abril de 2014

SIN RUMBO

 Esa sensación de no ser uno mismo, de no coger las riendas de la vida. Ser una marioneta más cuyos hilos tiran de ellos las personas ajenas.

La rutina, la soledad, las obligaciones... son cuerdas que  atan y aprietan, algunas hasta ahogar, otras hasta producir heridas que tardan en cicatrizar. Gente y más gente que se cruza en el camino, alguna que dejan huellas, otras que lo intentan, algunas que se quedan  y comparten el camino, otras que se rinden y se retiran....


Situaciones lejanas, cuyo pasado es mejor que el presente. ¡Ay quién pudiera retroceder en el tiempo!. Ser ese niño inocente, sin preocupaciones, cuya vida se basaba en jugar, ver dibujos animados y dormir. Esa risa, esa mirada sin malicia, esa actitud despreocupada.

¿Y la soledad?, esa temible amiga solitaria que se pasea a sus anchas por el cuarto, mientras la mente intenta rechazarla, alejarla. Esa señora que siempre viene en el momento menos oportuno, que se queda a tu lado y no deja sitio a la felicidad. Fácil reconocerla por esa sensación de vacío....






No hay comentarios:

Publicar un comentario