Cosas de casa, Las chicas de oro, Se ha escrito un crimen, El príncipe de Bel Air... seguro te suenan estos nombre e incluso has visto algún que otro episodio.
Estoy hablando de series de entre mesa, aquellas que algunas cadenas de televisión emitían todos los días en torno a las dos de la tarde mientras se comía. Aún hoy recuerdo salir a la una del colegio, comer viendo alguna de esta series y volver de tres a cinco a la rutina del estudiante.
Los que han nacido en los años dos mil, desgraciadamente no saben de qué hablo. No ya por no haber visto estas series (que muchas se han recuperado y se vuelven a emitir, o las tienes disponibles para ver en Internet), si no por lo bien que nos lo pasábamos, lo que nos entretenía y nuestra forma de diversión.
Son series cuyo principal objetivo era el de pasar un buen rato, reírnos con esas situaciones poco reales, y sobre todo aprender del mensaje moralizador que la mayoría tenían: exaltación de la amistad, familia, el quererse a uno mismo... que puede que a día de hoy suene conservador y desfasado, pero hablamos de los años 80-90.
Hoy veo series de dibujos (que no se si es por tener otra perspectiva) que destacan por ser deformes, amorfos y sin trama aparente. ¿Qué fue de espacios como TPH Club o Ciberespacio?
Si que es cierto que con los avances tecnológicos, ya no hay efectos especiales cutres, escenarios simples y grabaciones en baja-media calidad, elementos que destacan en series de esta época. Pero desde mi punto de vista, se ha perdido la esencia de estos años dorados.
Tenemos series como Modern Family que ha sabido volver a esas situaciones graciosas, en episodios cortos, con finales independientes, que más o menos recuperan la esencia de la que hablo.
Es evidente, que la sociedad evoluciona y cambia, y quizás producir una comedia de una familia afroamericana, ya no tiene tirón, por lo que mejor recuperar series pasadas.
Y estamos los nostálgicos como yo que nunca nos cansaremos de ver series de la infancia, nos desesperaremos por apenas encontrar capítulos subidos a Internet y recordaremos con una sonrisa esos años de felicidad e inocencia.
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