jueves, 21 de enero de 2016

FITUR 2016: CREANDO TURISMO


Hay dos eventos en Madrid que nunca me pierdo. Uno, por enero, es Fitur, la feria internacional de turismo, y otra es la feria del libro que se suele celebrar por mayo-junio. 

Como estamos en enero, ha tocado visitar FITUR, por cuarto año, desde que me adentré en el sector turístico, primero como estudiante y luego como demandante de empleo (sin suerte hasta ahora).

Bien, la verdad que siempre he preferido, ya que puedo, entrar como profesional, para ver la esencia de la feria (ya que cuando se abre al público es más teatro y exhibición) y ver realmente qué se cuece. Cada empresa turística, cada oficina de turismo y cada país, intentan sacar lo mejor para ofrecerte una experiencia única y agradable.

Cierto es que las grandes empresas, sobre todo hoteles o agencias, son más de mostrar que de hacer tratos con otras entidades. Por lo que prácticamente te vas a encontrar en sus stands ponencias, mientras que en empresas tipo PYME, un contacto más cara a cara con reuniones. Por una parte, lógico.

Mi gran queja el año pasado fue  ese reciclaje en contenido. Pues bien, este año, algunos países como Japón vuelven a mostrar un cerezo en flor que lo llevo viendo cada año. O USA con su famosa moto (país que por cierto, tiran mucho del "yo no necesito promocionar EE.UU, pues todo el mundo lo conoce).  Al igual que Marina D´Or con su cúpula de bombillas, más que vista. No todos han repetido estética, pero los cambios son tan pocos que pasan desapercibidos. 

En cuanto a nivel de información, me he parado en Madrid (que por cierto este año el stand es algo soso y sin gracia) y en Extremadura (que hay variación con años anteriores aunque pocas). Y... más de lo mismo. Las mismas guías, los mismos mapas, los mismos libros. Por repetir, hasta el mismo hombre pidiendo a la salida si sobran entradas. Vale que de un año para otro no se modifiquen las rutas ni los recursos, ¡pero que no ofrezcan material con fechas de hace un año! También es cierto, todo hay que decirlo, que siempre que puedo entro en oficinas de turismo y renuevo folletos para mi información personal, por lo que es normal hasta cierto punto no encontrar material nuevo,  pero que si no lo hacéis y habéis estado otros años, notaréis lo mismo que critico. Por otro lado, sorprendente que ciudades como Toledo, que son de las más importantes del centro de la Península Ibérica por su historia, apenas tengan folletos, más allá de un simple mapa. Tanto yo como otras personas que venían buscando información turística nos sorprendió a mal.

El año pasado, salí encantado sobre todo de la sección LGBT, más grande, más animada, con empresas famosas en el mundillo.... este año, no salgo tan contento. 
Stands muy pequeños, información (en el caso de Madrid que es donde me paré a mirar) escasa, sin apenas promoción de eventos o festivales LGBT, de nivel mundial como el Orgullo mundial que tendremos en 20017, falta de organismos como radios gays, menor presencia de medios como la famosa revista Shangay y su séquito de revistas (caminando por Chueca te encuentras más variedad de publicaciones), todo muy apagado... Y en casos te sientes cohibido a coger material, pues parece que tienes que hacer negocios con el personal para que te regalen una revista que ya de por sí es gratuita. 
Pero al menos, no todo es negativo este año, pues en esta edición, se tiene en cuenta el lado lésbico, pues parece que siempre están en segundo plano, y que cuando se habla de homosexualidad, solo se tiene en cuenta relaciones entre dos hombres. Falta pulir otros colectivos como el transexual, bisexual... 

Te gustará la feria si estás pensando viajar tanto dentro como fuera de España, pues te pueden asesorar e informar muy bien, al igual que si tienes una empresa y quieres expandirte en el sector. Si eres estudiante, puede que reúnas material para futuros trabajos.

No te interesará si buscas trabajo (no suelen aceptar CV), no estás muy puesto en el mundo turístico más allá de las típicas rutas turísticas o no vas a conocer nuevas zonas o buscas llevarte regalitos (bolsas, bolígrafos...) pues este año apenas hay de eso, al menos hoy que es cuando fuí. O ya tienes folletos de otros años.


lunes, 4 de enero de 2016

JUNGLA ANÓNIMA


  Quiero abrir este año (por cierto, ¡feliz año!), con una reflexión acerca del anonimato. Más concretamente, de lo incógnito que ofrece una gran ciudad al individuo. Ya sea Madrid, Barcelona, Sevilla... todas ellas tienen algo en común.

Quienes viven o han estado recientemente una temporada en un pueblo, podrán comprobar que todo el mundo se conoce con todos. Y si tiramos de árbol genealógico, seguro que tienen algún parentesco. Prima lejana, tío segundo... Se puede decir que es una gran familia. Un trato más cercano, más cálido que el de una gran ciudad. Donde hay paz y armonía. 

Madrid por ejemplo puede ser una ciudad con el aire contaminado, ruidosa, que nunca duerme, con aglomeraciones y verdaderos templos del consumismo (véase Primark de Gran Vía), pero que ofrece algo que un pueblo no puede dar. Individualismo y ser anónimos. Ya puedes ir en pijama y bata por la calle (nos vas a ser ni el primero ni el último), medio desnudo o con peinados extravagantes, que como mucho te mirarán más de dos veces al pasar, pero nadie te va a decir nada. Haz esto en una aldea, a ver qué sucede.   
Que claro que tiene su lado negativo: nadie si no es un conocido te va a dar los buenos días (sorprende lo educados que son en pueblos donde sin ser de allí al cruzarte con gente  que nunca has visto antes, te saluda), a veces te puedes sentir solo, eres una persona más entre los millones que habitan la urbe...

Pero la cuestión es, ¿actuamos de forma diferente en lugares donde nadie te conoce a entornos más familiares?  

Yo que soy una persona tímida, puedo hacer el "gamba" en la calle, puedo ir de la mano de esa persona especial o puedo cantar a pleno pulmón, que se va a quedar la acción ahí. Seguramente, ni en mi barrio, me vuelva a encontrar por la calle a esas personas que me miran por hacer el tonto, o se tapan los oídos por los berridos que pego. Como mucho seré una anécdota más de las que contarán a sus amigos ("el otro día iba pasando por aquí cuando un joven cantaba como si no hubiera mañana, y encima desafinando"). Si esto lo trasladamos a una pequeña localidad, al día siguiente todos sus habitantes sabrían de mi acción. Ríete tú del Sálvame. 


He llegado a conocer personas que se sienten libres en una urbe. Ya sea por su condición sexual, por su filosofía de vida o por mil elementos más, es llegar a la ciudad y ser una persona diferente a su lugar de origen. Según sus palabras "ser yo mismo". Si es bueno o malo lo que hacen, ya es otro tema.

Es cierto que las ciudades tienden a ser más tolerantes, modernas y avanzadas en pensamientos que los pueblos (aunque gracias a esto se mantienen tradiciones que más o menos nos pueden gustar) Pero el individuo se siente más libre para expresarse, o para vivir la vida sin presiones ni órdenes.  Es lo que se denomina, una persona más, un individuo anónimo en esta jungla de asfalto. 

Y tú, querid@ lect@r, ¿qué opinas sobre el anonimato de la ciudad?, ¿es bueno, malo...? o como en Internet, ¿es sólo un espejismo más?. Quiero saber tu opinión.