miércoles, 26 de noviembre de 2014
LA FUGACIDAD DE LA AMISTAD
Con este título quiero hablar sobre la amistad. Sobre la relación del individuo con la sociedad. Con la conexión entre las persona y el nacimiento de lazos de unión.
Seguramente si miras para atrás un año, te encontrarás con personas que siguen a tu lado, que son tus amigos. Pero también puedes decir el nombre de la persona o personas que ya no están. Aquellas que considerabas amigo o amiga y que el lazo afectivo que os unía se ha roto por causas determinadas.
Un sabio decía que los amigos de verdad los podemos contar con los dedos de las manos. Y con amigo de verdad me refiero a los íntimos. Aquellas personas que son parecidas a una pareja amorosa pero con la diferencia de no compartir afecto amoroso/sexual.
Si haces la cuenta, te pueden salir uno, dos o incluso tres si eres afortunado. Algunos, ninguno.
Las demás personas ¿qué son?. Hoy en día tendemos a llamar amigo a la persona que ha compartido varios ratos de alegría contigo: ya sea en una fiesta, un evento.... pero que eres incapaz de compartir las penas, el dolor, lo que realmente importa en la vida. A todos ellos, es erróneo denominarlos amigos. Son conocidos. Conocidos que más o menos nos pueden complementar, agradar o gustar pero que no tienen ese grado de intimidad, aunque con el tiempo, claro que se puede añadir a ese espacio.
Es digamos aquella persona que es acompañante en momentos puntuales de la vida, pero que se quedan en eso. No caminan a tu lado siempre.
Y estas personas, seguramente se incluyan en los nombres que has pensado al principio. Continuamente están entrando y saliendo de nuestras vidas. Por más o menos tiempo. Pero no tiende a ser largo.
Realizan la función para los que están "programados": entretienen, acompañan y en algunos casos enseñan una lección. Porque todas las personas siempre tienen algo que enseñar. Hasta los enemigos, las que nos caen mal y con los que nunca cruzaríamos una palabra.
Realmente quédate con los amigos de verdad. Los amigos con todas las palabras. No rechaces a otras que entran en tu vida, pero ten la madurez y responsabilidad de saber denominarlos por conocidos y tratarlos como tal.
En el caso de encontrarte sin aquella persona que puedas llamar mejor amigo, ya sea por timidez, por ser poco social, solitario u otros muchos factores, no pasa nada. Muchas personas lo son. Esto no quiere decir que seas "raro" o "anormal". Esto quiere decir que aún no te has cruzado con aquella persona destinada a serlo. Ante todo, se fiel a tus principios y a ti mismo.
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