No conozco hoy en día a persona que no tenga una de las grandes redes sociales. La mayoría suele tener una, dos o todas. Incluso esas que muy pocos conocen o nadie tiene. Pero se está presente. Con la llegada de los teléfonos inteligentes, la banda ancha y el desarrollo de Internet, las redes sociales son una prolongación de nosotros. Un YO 2.0
Y es que como se suele decir, quien no esté en la red, no existe. Ya sea persona, empresa o entidad. El mundo digital es un mundo paralelo idéntico al real, con la diferencia que allí podemos ocultar lo que somos, cómo somos, cómo nos llamamos, a lo que nos dedicamos.... alentado por un supuesto anonimato, que en el fondo de anónimo no tiene nada, pues con una simple investigación, conoces hasta el número y la calle donde vive el internauta.
Y aquí es donde entraría la ética de las redes sociales. O, lo que es lo mismo, dime cómo las usas y te diré quien eres.
En la vida real, si nos presentamos a alguien, solemos hacerlo con nuestro nombre, edad, profesión y gustos o aficiones. No solemos ir dando datos personales sin más. Nunca se nos ocurriría desnudarnos y posar dejando poco o nada a la imaginación, o inventando todo, hasta tu fecha de nacimiento. Tampoco insultaríamos sin pudor a desconocidos que se nos cruza por la calle. Ni tampoco pegaríamos fotos nuestras en farolas para que nos viera todo el que pasa por allí.
Esto en la redes, se da y bastante. Subimos fotos, vídeos, comentarios o cualquier cosa posible ,algunos elementos más personales que otros, sin ninguna doble intención pero que en el fondo sería lo mismo que en el ejemplo de las farolas. Pues, aunque minutos después la borres, queda para siempre (capturas de pantalla, compartir o retuitear la foto, comentarlas...). Y esto puede ser una hoja de doble filo.
Al buscar trabajo, al conocer a alguien.... terceras personas pueden obtener información que juegan en nuestra contra.
Si tu fueras el director de una empresa de catering serio y vas a contratar a personal, ¿a que no te gustaría ver que esa persona tiene fotos eróticas en sus perfiles, o que fin de semana sí y al siguiente también se emborracha y acaba tirado por los suelos? Aunque, cada uno hace lo que le da la gana con su vida fuera del mundo laboral/universitario, ya que es la vida personal de cada uno, eso tira para atrás, y mucho.
Recuerda que en Internet NO hay anonimato. Todo lo que hagas, escribas o subas, tiene sus consecuencias, incluso escribir este blog. No vale proteger cuentas, hacer perfiles privados o falsos o pagar por el copyright. Si estas en la red. Siempre se puede saber quién eres. Esto se aplica también a páginas para buscar pareja/ligar. Cuidado con las fotos que pasas o subes a tu perfil. O cuidado a quién das tu número o información personal. No todo el mundo tiene buenas intenciones.
Que sí, que las redes sociales tienen cantidad de cosas buenas pues podemos conectar con amigos o personas con las que no nos veíamos hace tiempo, compartir buenos momentos, reirnos con vídeos o cualquier otro soporte... pero todo tiene un precio. Nadie da nada gratis. Facebook, Twitter y otras redes son gratis, sí, a combio de tu información personal. A cambio de jugar con tus sentimientos a través de como lo llaman ellos, experimento social. Sólo tienes que leer los supuestos casos de jugar con la publicidad, las publicaciones o demás para comprobar la reacción de sus usuarios. En el fondo no es tan gratuito, ¿no?
Ante esto, que nosotros no podemos hacer nada, puesto que o aceptas estas normas o no puedes abrir el perfil, mi consejo es:
- Modera todo lo que vayas a publicar. Piensa en las posibles consecuencias
- No subas datos personales íntimos. Yo suelo poner nick o nombre incompleto, para que las personas que no me conocen, les sea algo más difícil dar con los datos correctos.
- Disfruta de las ventajas de estar en la red.
Con todo esto no quiero ir en contra de la red, ni mucho menos. Solo, hacer pensar que miles de personas, incluso de la otra parte del planeta, puede saber de tu vida. Puede tener fotos tuyas o puede jugar con tu información. Sólo pido más discreción.