domingo, 16 de febrero de 2014

SOBRE EL CARÁCTER Y LA FORMA DE SER DE LAS PERSONAS


Que las personas cambiamos con el paso del tiempo es un hecho. No somos (hablando de lo físico y psicológico) ni nos comportamos como cuando éramos más jóvenes, o cuando estábamos en la mal llamada "edad del pavo". 

Aunque cada persona es un mundo y yo no reacciono ante un estímulo exterior como lo puedas hacer tú, el entorno es un elemento clave.

Como entorno me refiero a los diferentes elementos que se encuentran en el exterior y nos afectan más o menos a nuestro carácter. 
Ante esto, podemos diferenciar dos tipos de entorno: el próximo y el lejano.
  • El próximo serán la relación con la familia, amigos, conocidos, compañeros de clase o de trabajo...
  • Por el contrario, el lejano serán todos aquellos elementos en los que nosotros no podemos intervenir para corregirlo como por ejemplo la situación económica de la región o país donde residamos.
Todo esto, unido a otros factores nos hace personas. Forma nuestro carácter. Nuestra esencia o forma de ser. Nuestra identidad personal que es intransferible. 

 Lógicamente no somos de la misma manera con los amigos, la pareja o la familia que con nuestro jefe, compañeros o desconocidos.

Nuestro carácter y forma de ser se va formando a la par que con la vida. Si tengo una situación estable en la familia, tengo trabajo e ingresos que me permitan emanciparme, y mi pareja y yo somos estables, voy a mostrar lo mejor de mí. Irradiaré alegría, felicidad y júbilo. Seré una persona agradable. Una persona que de lo mejor de mí.
Por el contrario, si estoy en el paro, no encuentro trabajo, tengo facturas que pagar, lo has dejado con el /la novio/a... serás una persona completamente diferente al del punto anterior. Estarás decaído, triste, depresivo, darás pena...


A lo que quiero llegar con todo esto es que nosotros contagiamos. Sí, queda algo brusco y feo pero es la verdad. Nuestras alegrías y tristezas serán las de los demás. Y viceversa. 
Si no me crees, ponte al lado de una persona triste y preocupada, a ver cuánto tardas en compartir las penas. O en una persona tímida cuando eres todo lo contrario, la timidez ganará a la persona extravertida. 

Este resultado se complementaría con la entrada anterior que tantas alegrías me ha dado (ha sido la más leída del blog). Es duro poner buena cara y sonreír cuando estamos "jodidos". Pero, como casi siempre en esta vida, tenemos que ser buenos actores y dejar las penas en la puerta. Mostrar siempre una sonrisa a los demás. Dar la mejor parte de uno mismo.

De esta forma no te prometo que tus penas se vayan a solucionar, pero sí que lo vas a poder afrentar de mejor forma y con otros ojos. 

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