He llagado a un momento en mi vida en el que me siento cansado. Cansado por la gente que me rodea, que cada vez tengo más claro que es por interés o por intenciones no del todo claras, no del todo sinceras. Cansado de la gente que se aprovecha de mi forma de ser, de mi bondad para su propio interés. Cansado de ambientes cargados de odio y rencor, que en cualquier momento va a estallar la hostilidad hacia ambas partes. Cansado de conocer gente tan efímera en mi vida que apenas me acuerdo de sus nombres o les pongo cara. Cansado de buscar el amor, de amar y a cambio recibir palos, uno detrás de otro. Cansado de las injusticias, de que no se me valore, ni a mí como persona ni mi esfuerzo. Cansado de gente que por genética y afinidades de consanguinidad me cohíben mi forma de ser controlando lo que hago, con quién lo hago, lo que compro o dejo de comprar. Cansado de esforzarme para que no se valore y no se vena los resultados. Cansado de terminar el día o ir a otro lugar y pensar que no me espera nadie, que si me pierdo, no llego o no vuelvo a pisar las tierras que me vieron crecer nadie se preocupará ni nadie me echará de menos. Cansado de todo...
He llegado a un momento en el que paso de todo y de todos. De todos los que me han puesto (y me siguen poniendo) zancadillas en este camino llamado vida. De todos los que han mirado por encima del hombro haciéndome sentir incómodo.De todos los que por delante de ti te sonríen pero te das la vuelta y te apuñalan. De todos los que se hacen pasar por tu pareja y solo te quieren en la cama. De todos los que te apuntan con el dedo y se ríen. De todos los que se mueven por intereses. De ver que la gente que menos se lo merece triunfa y yo me hundo en la mierda. De todos.
Por suerte, o por desgracia, me conozco muy bien, se lo que me conviene y lo que no, y por experiencia, una vez más me voy a guiar por mi sexto sentido que al fin y al cabo nunca me ha decepcionado.
Quiero borrar de mi vida todo lo negativo, toda la mala suerte que me acecha detrás de la esquina. Quiero ser una persona nueva, libre que no le importe el qué dirán. Porque ahora más que nunca me necesito.
Escribiendo esto quiero cerrar un ciclo de mi vida. Un ciclo que sólo quedará en el recuerdo. Ahora seré yo quién tome las riendas, quien decida quién va a estar a mi lado, con quién compartiré mi vida...
Porque cuando un hombre llora no es símbolo de debilidad , si no una señal de sensibilidad ante la persona a la que realmente le importó.